La llave es un instrumento útil para abrir puertas, cajas o cualquier otra cosa. Elementos que, por necesidad de quién los posee deban permanecer cerrados un tiempo. Durante ese período nada se modifica. Piensen en un armario, cerrado con un candado, durante años... qué puede suceder? Nada. Todo lo que está ahí guardado permanece en intacto en iguales condiciones. Nada se cambia de lugar, no se ordena ni se desordenada. Todo igual. Cuántas veces nuestra propia vida es un armario cerrado. Llevados por la rutina o el miedo al cambio, todo queda en su lugar, siempre lo mismo. Y por un tiempo funciona, sí que funciona. A algunas personas les dura toda la vida y lo viven con total normalidad, sin que les afecte. A otros, esta situación les molesta, les hace ruido, siempre lo mismo? como sería abrir ese armario cerrado? o quizás esa mente que no puede pensar varias opciones? o ese corazón que dejó de sentir hace tiempo? y un día , llega... llega esa llave. Esa persona, situación o momento que cambia para siempre las cosas. Abre la puerta y nos muestra que más allá de esa puerta hay otra cosa posible, otra opción. No sabemos si buena o mala, simplemente otra opción. Abrir la puerta es una invitación a traspasar los límites ya conocidos, a explorar nuevos lugares, o sentimientos. A ordenar o desordenar eso que estuvo exactamente igual durante años.
Suerte que existen las llaves! qué haríamos sino? suerte que nuestra vida se puede abrir igual que un armario y suerte que después de eso, ya nada vuelve a ser como antes. Gracias a las llaves de nuestra vida, que esta vida es vida sino sería solo rutina. Qué nunca me falten!
